1 Samuel 16:7
Pero el Señor le dijo a Samuel: No te dejes impresionar por su apariencia, ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
Dios te conoce, te formó, sabe cuál es tu potencial y lo que eres capaz de lograr. Por lo tanto, no tienes derecho a dudar de ti.
No es lo que aparentes ser lo que llama la atención de Dios sobre tu vida. Es la condición de tu corazón la que lo atrae. Determínate a no vivir de apariencias sino en lo genuino de un corazón que agrada a Dios.
Revisa las intenciones que nacen de tu corazón y manténlo sano y limpio. Allí está la clave para una vida de intimidad con tu Creador.