Proverbios 13:4
El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.
Anhelar, desear, querer, son sentimientos bonitos, pero no llevan a ningún lado sino van acompañados de acción.
Tu vida fue capacitada por Dios para que la vivas con diligencia, por lo tanto, una vez que sueñes o anheles, ponte en acción diligentemente, erradica la idea de esperar que todo ocurra espontáneamente y provoca los cambios necesarios para ver los sueños de Dios cumplidos en tí. Vuélvete diligente en todo lo que haces.