Job 3:25
«Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía».
Los temores infundados no toman en cuenta quién eres ni tu edad para destruir tu futuro, simplemente operan como virus contaminando tu mente para programarte al fracaso.
Decide hoy creerle a Dios antes que al pesimismo, aférrate a sus promesas para cada área de tu vida. Llénate de fe y confianza, Dios te promete un excelente porvenir. Él es tu respaldo y quien te protege, no hay por qué temer.